Cuando El virrey del Perú Fernando de Abascal se enteró de las politicas revolucionarias
tomadas por José Miguel Carrera, envió sus ejércitos al sur de Chile para terminar con
la situación.
Ante esto en Chile se debió crear un ejército cuyos líderes más importantes fueron
José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins. Después de una guerra de dos años, el
momento culminé fue el desastre de Rancagua en que las tropas realistas (españoles)
vencieron a las patriotas (chilenos). De esta forma los hombres del virrey pudieron tomar
Santiago y declarar la reconquista española que duró de 1814 a 1817.
A esa altura Fernando VII recuperó el poder en España, y a pesar que la mayoría
de la población chilena seguía fiel a él, quizo dar un castigo a los territorios que se
habían autogobernado. Por eso nombró como gobernador de Chile a Casimiro Marco
del Pont personaje cruel que se dedicó a perseguir, encarcelar, torturar y hasta matar
a los patriotas, apoyado en sus policías los Talaveras de la Reina. Absurdamente lo
que consiguió españa con esta actitud fue que la mayoría de los chilenos quisieran
la independencia.
El Triunfo Patriota
Las principales figuras del ejército patriota como J. M. Carrera y Bernardo
O'Higgins lograron cruzar la Cordillera de los Andes y asi se salvaron de morir
a manos de los Talaveras. En Mendoza (Argentina) fueron recibidos por el
gobernador Jose de San Martín quien apoyaba la causa de la independencia
americana. San Martín alojó a los chilenos y los ayudo a formar un nuevo
ejército con el objetivo de recuperar Chile.
Uno de los personajes más atractivos de esta época fue el patriota Manuel
Rodriguéz. Este constantemente cruzaba la cordillera de los Andes hacia lado
chileno para desarticular y confundir a los españoles y además avivar la causa
de la independencia entre la población. Las jugarretas que le hizo el
guerrillero a Del Pont y los Talaveras son recordadas como parte de las
mejores anécdotas de la historia de Chile.